P. 8. ¿Cómo ejecuta Dios sus decretos?
R Dios ejecuta sus decretos en las obras de creación y de providencia. Apoc. 4:6-11; Daniel 4:35; Isaías 40:26.
La semana pasada Norma nos explicó más qué son son los decretos de Dios (Pregunta 7) y hoy vamos a ver cómo es que Dios ejecuta esos decretos.
Recordemos que los decretos de Dios son eternos y emanan de su perfecta voluntad. El Salmo 33:11 dice, “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.” Él decretó lo que iba de suceder en nuestras vidas independientemente de nuestra manera de pensar o de nuestros deseos. Él no se asomó al futuro, vio lo que iba a suceder, y luego entonces decretó que eso sucedería. Eso es una idea absurda y una herejía que trata de convertir a Dios en un dios menor sujeto a las acciones y voluntad de sus criaturas.
Jesús nos enseñó a orar, “Hágase tu voluntad …” Y nunca nos enseñó a orar diciendo, “Señor, deja tu voluntad a un lado y haz lo que yo decreto.” ¡De ninguna manera! Él mueve el corazón de todos los hombres -de los que son sus hijos y de los impíos- y los inclina hacía dónde Él quiere. Nosotros no movemos el corazón de Dios hacía dónde nos plazca. Él es Dios y nosotros no. Él hace lo que Él quiere, y nosotros nos sujetamos a su perfecta voluntad -a todos sus decretos.
La pregunta 8 del Catecismo Menor de Westminster, nos recuerda que los decretos de Dios son visibles en la creación y en sus obras de providencia (todo lo que nos sucede). No tenemos que buscar justificar este principio bíblico. El hecho de que Dios es Dios significa que Él hace lo que quiere con su creación y en su creación. Y todos sus decretos tienen el propósito de glorificar su nombre y hacer bien a su pueblo (aclaración: el bien que Dios tiene en mente para sus hijos no siempre es el mismo “bien” que nosotros deseamos para nosotros mismos. (Tu hijo te puede pedir comer donas tres veces al día pensando que eso es bueno para él pero en tu sabiduría sabes que decir que sí a ese deseo sería para su perjuicio).
Todos los decretos de Dios sirven un propósito que va más allá de lo que nuestra mente finita puede comprender. Y todos se entrelazan para que uno tras otro todos sus propósitos se cumplan. Dios usa inclusive los eventos pecaminosos para avanzar su propósito eterno. La Cruz misma es el mejor ejemplo de ésto. Dios uso el pecado más abominable en la historia de la humanidad para salvar a su pueblo.
Dios usa el pecado para revelar su justicia (su carácter justo), y cuando un pecador se arrepiente él puede ver que su pecado hace la gracia Divina aún más dulce.
Es importante no olvidar el famoso pasaje de Romanos 8:28, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Todas las cosas en este versículo se refiere a todos los decretos de Dios. Este pasaje debe de ser de gran consuelo para nosotros en medio de las tribulaciones, de gran ánimo en las pruebas, y de gran regocijo cuando Dios trae prosperidad y tiempos de paz a nuestras vidas. ¡Qué gran descanso saber con toda certeza que Dios siempre ejecuta sus decretos en nuestras vidas! Nadie puede arruinar el plan de Dios para nosotros, nadie puede manipular el corazón de Dios, nadie puede convencer a Dios de que cambie sus decretos que desde la eternidad Él ha determinado para nosotros.
Nuestra respuesta a esta doctrina, no debe de ser fatalismo, sino una llena de mucho agradecimiento y de un gran fervor por vivir en obediencia. No importa en dónde estés ahora, en el valle de sombra o de muerte, o en junto a aguas de reposo, puedes descansar sabiendo que Dios no nada más camina junto a ti, sino que Él mismo te llevó ahí. Dios hizo el camino y sólo Él sabe como llegar al otro lado. No te desanimes, y no pierdas la fe, toma ánimo, ve a Cristo. Dios es Dios y Él ejecuta todos sus decretos con poder y sabiduría.
Bajo su sol y por su gracia,
Becky Pliego
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