Como Leer tu Biblia y Orar y No Dormirte en el Intento

Toda mujer creyente a pasado por esos años cuando los niños están chiquitos y hay mil cosas que hacer, trastes que lavar, ropa que doblar, pañales que cambiar; además de jugar a las muñecas, leer libros, preparar un té, cuidar la fiebre de alguno y atender al marido.  Y cuando todos están dormidos y queremos leer nuestra Biblia y orar, y sin darnos cuenta, nos quedamos dormidas.  Pasa un día, dos, tres, un año, y por unas o por otras no logramos cultivar un hábito regular de estudio de la Palabra y de oración y también sin darnos cuenta cada vez somos más como las mujeres del mundo, y no hay diferencia alguna en nuestra forma de pensar, de hablar, y de vestir.

Una vida sin oración, sin la Palabra de Dios es una vida vacía, es una vida ligera, sin peso, y es fácilmente arrastrada por cualquier viento de doctrina que sople de una sobre nosotros y nos haga sentir bien.

Seamos honestas, necesitamos enfrentar nuestro pecado. Pidámosle perdón al Señor por  creer que es posible vivir una vida Cristiana sin jamás orar ni leer la Biblia. Es claro en la Biblia que Dios espera que los suyos oren:

*Mateo 6:5 “Y cuando ores…”

*Mateo 6:6 “Más tú cuando ores…”

*Mateo 6:7 “Y orando….”

* Mateo 6:9 “Vosotros pues oraréis así…”

*Lucas 11:9  “les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar…”

* Colosenses 4:2 “Perseverad en la oración…”

* I Tes. 5:17 “Orad sin cesar…”

Nuestro cuerpo no es de acero, no podemos decir que no nos cansamos y que no estamos agotadas; eso es verdad, y es por eso que quiero compartirles algunas ideas prácticas que a mi me han ayudado para tener una vida de oración y estudio de la Palabra disciplinada.

1. Despiértate por lo menos media hora antes que tu familia e inmediatamente salte de la cama.

2. Ve a la mesa del comedor o a la mesa de la cocina, con tu Biblia, un cuaderno y plumas o lápices para no tener que andar buscando todo eso en las mañanas.

3. Lee la Palabra, ve a las referencias cruzadas, lee las introducciones, y mientras lees puedes ir orando sobre esa misma palabra.  Decía un puritano llamado William Bridge,

“Empieza leyendo la Palabra, luego medita en ella, y termina orando conforme a ella… Leer sin meditar es infructuoso; meditar sin leer la Palabra es lastimoso; meditar y leer sin orar acerca de ambas es hacerlo sin alcanzar bendiciones”.

4.  El éxito de tu vida de oración no depende de ti. Si logras establecer un hábito de oración humíllate y dale gracias a Dios quien te da las fuerzas para lograrlo, quien produce en ti el querer como el hacer por su buena voluntad. Ningún merito es tuyo; y recuerda que nadie se gana el cielo si ora más o lee la Biblia más. la salvación es por Gracia y gracia solamente.

5. Memoriza la Palabra, medita en ella todo el día y ora con perseverancia. (Sobre esto escribiré más adelante)

¿Te das cuenta de algo? La oración, la lectura de la Palabra y la meditación van de la mano. Es por eso que el usar mi cuaderno para escribir algún versículo, alguna referencia, alguna oración, algo que se que necesito meditar en el día, me ha ayudado. No quiero olvidar lo que aprendo, lo que oro, quiero estar alerta y ¡despierta!

La mejor forma para aprender a orar es leer, estudiar y meditar en la Palabra.  La oración es el puente que une lo que leemos con nuestra vida diaria.

Espero que estas simples ideas les sirvan de apoyo y les sean de base para despegar y formar un hábito de estudio de la Palabra y oración.

Y ¿qué pasa los fines de semana? ¡También despiértate antes que todos! A mi me gusta levantarme, poner café en la cafetera y meter unos panquecitos al horno; y mientras éstos se hornean y el café se hace yo leo mi Biblia y oro.

Que Dios nos ayude a vivir apegadas a Él cada instante.

Bajo Su sol y por Su Gracia,

Becky

2 respuestas a «Como Leer tu Biblia y Orar y No Dormirte en el Intento»

  1. Hermanas:
    ¡Qué bendición haber encontrado este blog! No conozco muchos blogs para mujeres reformadas, y de verdad es muy bueno lo que comparten.
    Llegué hasta acá porque nos lo recomendó (a mí y a algunas amigas más) un amigo. No tuve tiempo de verlo todo, pero hasta donde leí me encantó. 🙂
    Les dejo un abrazo grande y las animo. ¡El Sr. está con uds.!

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