Los sábados son para detenernos, frenar nuestra vida y disfrutar nuestra familia.
La visita de unos amigos, una mesa para compartir. Experiencias que nos llenan de alegría, quietud en medio de millones.
Un cielo nublado, no hay prisa; hay tiempo para leer, para meditar en la Palabra, para memorizar y dar unas pinceladas.; hay tiempo para cocinar y para disfutar el aroma en la cocina; hay tiempo para pensar en prender una vela.
Es una bendición tener sábados como éste.
Gracias Señor.